miércoles

Rito Sexual Chamánico

Les dejo este hermoso ritual que me encontré en internet, que está muy lindo para disfrutarlo con sus parejas y conectarse de una manera más profunda y espiritual, disfrútenlo!!!


Imagina un paisaje y sitúate en una época hace unos diez mil años.

Imagina que hay un gran círculo mágico dibujado en el suelo y que en los cuatro puntos cardinales se encuentran dibujados los símbolos del agua, aire, tierra y fuego...

En el lugar donde se encuentra el símbolo del fuego hay un fogón, orientado al este, con leños ardiendo...

Exactamente en el centro...
se encuentran ubicados un hombre y una mujer sentados frente a frente...

El hombre, recurre a sus registros de sensaciones y elevando sus manos comienza a invocar la energía del aire, ella está tomada a las manos del hombre...

Cuando el hombre se encuentra completo y sumergido en esa energía comienza a soplar lenta y suavemente sobre la mujer, empezando sobre la cabeza, la frente, luego los ojos, el pómulo izquierdo, la mejilla, el oído y el cuello del mismo lado.

Lenta, suave e incesantemente hace lo mismo del lado derecho.

Concluido esto, comienza a hacerlo en el entrecejo, baja hacia la nariz y la boca mientras la mujer, con sus ojos cerrados, aspira profundamente la suave brisa que el hombre le brinda. Luego sopla sobre sus brazos y manos.

Cuando ella se siente colmada por la energía del aire, baja sus manos y hace bajar las del hombre y pasa a ser ella quien comienza a hacer lo mismo con él, quien sólo se dedica a sentir la caricia de la brisa que esa mujer le regala.

Cuando ella concluye, ambos son aire, ambos son brisa.

Luego el hombre comienza a invocar el poder del fuego, detona el poder de su sol interior y transmite esta energía a la mujer a través de suaves y lentas caricias.

La mujer, abierta y receptiva, sólo se dedica a disfrutar de estas y a absorber la energía que emana de él.

Él le acaricia las sienes, el cuello, los hombros y baja lentamente por los brazos hasta la punta de los dedos.

Después de repetir varias veces estas caricias se acerca más a la mujer y prosigue acariciando su columna desde la base, ascendiendo lentamente y hasta llegar a la nuca.

Cuando la mujer siente encendido su propio sol interior empieza a regalar a él sus caricias.
Prosiguen, dejándose llevar por la intuición al servicio de los sentidos.

En este instante, ambos son aire y viento, fuego y sol. Conscientes de esto continúan la danza de imperceptibles e incesantes caricias.

El hombre, invoca entonces la energía del agua y una vez detonado su río interior, comienza a besar y humedecer con la punta de su lengua que apenas asoma, el cuello, hombros, mejillas, labios, brazos y manos de la mujer que nuevamente debe ocuparse sólo de sentir.

Cuando ella se siente desbordada por su río interior, hace lo mismo con el hombre y al concluir, ambos son aire y brisa, fuego y sol, agua y río que intercambian sus sensaciones y energías en una simbiosis sin límite.

El hombre, invoca entonces el poder del reino animal que, en sí mismo, detona el poder de la madre tierra y el reino vegetal en ella.

En este momento, ambos se encuentran en un estado de conciencia acrecentada auto inducida y ella recibe en su seno a ese hombre que es viento, sol, agua y se prepara para recibir como siembra el poder espiritual del linaje de su enamorado.

Él, consciente de la magia de este encuentro, ofrenda el sentir de ambos al gran espíritu creador de todo.

La danza de ambos se incrementa, la respiración se hace más fuerte, la brisa se transforma en viento, sus latidos se intensifican transformando el manso río en poderosos torrentes que corren por sus venas.

El fuego de ambos aumenta su intensidad transformándose en un solo sol.

Cuando es el momento, ella invoca el espíritu de la tierra y la flora produciendo, entonces, un estallido donde toda estructura mental, todo pensamiento, se disuelven en un éxtasis infinito que permite que ambos espíritus se fundan en un solo ser.

En ese instante, ambos se hallan en contacto con su esencia cósmica, desde el espíritu, ya no desde los sentidos sino desde un estado de conciencia que los une con la eterna fuente de vida a la que llamamos Naturaleza.

por Julián García

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